Europa destaca como uno de los principales destinos cuando se trata de chocolate, y esto no es casualidad. Con una rica historia que se remonta a siglos atrás, países como Suiza y Bélgica han perfeccionado el arte de la chocolatería hasta convertirlo en parte fundamental de su cultura y economía.
Desde las montañas suizas hasta las calles adoquinadas de Bruselas, la ruta del chocolate europeo es un viaje de indulgencia para cualquier amante del cacao. En este post, te llevaremos por un recorrido que no solo deleitará tu paladar, sino que también te descubrirá los secretos y tradiciones que hacen del chocolate europeo un verdadero tesoro gastronómico.
La historia del chocolate en Europa es fascinante. Aunque el cacao es originario de América, fue en Europa donde se transformó en el dulce que hoy conocemos y amamos. Desde los primeros monjes que lo preparaban en monasterios hasta la industrialización que permitió su producción en masa, el chocolate europeo ha evolucionado manteniendo siempre un estándar de alta calidad.
Suiza no solo es famosa por sus paisajes alpinos y relojes precisos, sino también por ser uno de los principales destinos chocolateros del mundo. El chocolate suizo es conocido por su textura suave y su proceso de conchado único que resulta en un producto final excepcionalmente cremoso. Además, la invención del chocolate con leche se atribuye a los chocolateros suizos. En particular, al empresario suizo Daniel Peter, quien se hizo famoso por ser el primero en mezclar el chocolate con la leche en barras sólidas, creando las barras de chocolate en 1875, lo cual marcó un hito en la historia del chocolate.
Su historia y su fama chocolatera hacen de este país el lugar ideal para los amantes del chocolate. En ciudades como Zúrich y Ginebra podrás encontrar una gran cantidad de chocolaterías boutique y tours de chocolate que ofrecen degustaciones y talleres donde aprenderás sobre el proceso de su fabricación, desde el grano hasta la barra.
Con una herencia chocolatera que data del siglo XVII, Bélgica es otro destino clave en la ruta del chocolate europeo. El chocolate belga es mundialmente reconocido por su calidad y su diversidad de sabores y formas, incluyendo los famosos pralinés.
Tanto en Bruselas como en Brujas, podrás sumergirte en el mundo del chocolate. Bruselas, conocida como la capital del chocolate, ofrece una gran variedad de chocolaterías y tiendas especializadas. Por su parte, Brujas, famosa por su encanto medieval, también es un destino destacado por sus exquisitos chocolates y tiendas artesanales.
Estas dos ciudades belgas no solo te deleitarán con sus paisajes encantadores, sino que también te invitan a explorar el mundo del chocolate en museos interactivos, tiendas especializadas y talleres donde maestros chocolateros comparten sus técnicas y secretos.
Además de Suiza y Bélgica, hay otros rincones de Europa que ofrecen experiencias únicas para los amantes del chocolate.
Francia es reconocida por su pastelería y repostería fina, y el chocolate no es la excepción. En ciudades como París, Lyon y Burdeos, la presentación y el diseño son tan importantes como el sabor. Las chocolaterías francesas son verdaderas boutiques que ofrecen desde clásicos hasta innovaciones de vanguardia. Las rutas de chocolate en Francia te llevarán a través de elegantes tiendas y te permitirán probar creaciones que son tanto arte visual como culinario.
De todas los eventos en torno a este dulce destaca el Festival del Chocolate en Bayona. En esta ciudad del sur de Francia podrás disfrutar de una celebración dedicada al chocolate con degustaciones, demostraciones y eventos especiales en el mes de noviembre.
Italia, aunque menos conocida por su chocolate, tiene una fuerte tradición chocolatera en regiones como El Piamonte, hogar de la famosa gianduia, una deliciosa mezcla de chocolate y avellanas. Turín, en particular, es una ciudad que no puedes dejar de visitar si eres un verdadero aficionado al chocolate. Si viajas hasta allí, no te pierdas la oportunidad de probar el bicerin, una bebida tradicional que combina café, chocolate y crema.
Uno de los eventos más destacados de la ciudad es Cioccolatò, festividad dedicada al chocolate que se celebra todos los años entre finales de octubre y principios de noviembre. Durante este festival, la ciudad se llena de puestos de chocolate, demostraciones culinarias, eventos especiales y degustaciones, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la cultura del chocolate italiano.
Más allá de los destinos más famosos, también hay otros países en Europa que sorprenden con sus ofertas chocolateras. Si viajas allí, no pierdas la ocasión de probar este rico manjar en todos sus formatos.
España puede no ser el primer país que viene a la mente cuando piensas en chocolate, pero definitivamente tiene una cultura del cacao digna de explorar. No hay nada como disfrutar de un chocolate caliente con churros en una fría mañana en Madrid o Barcelona.
Una vez allí, podrás descubrir cómo el chocolate ha sido parte de la vida cotidiana en España desde que fue traído de las Américas y cómo se ha convertido en un elemento esencial en los desayunos y meriendas de los españoles.
Aunque los Países Bajos pueden ser más conocidos por sus quesos y tulipanes, su relación con el chocolate y el cacao es también muy importante. Ámsterdam, en particular, tiene una historia rica en el comercio de cacao y es el hogar de algunas de las chocolaterías más innovadoras y sostenibles de Europa.
En esta ciudad, cada año tiene lugar el festival Chocoa, un evento que reúne a todos los actores que contribuyen a la existencia de este manjar, desde agricultores y productores hasta distribuidores, tiendas y chefs.
Las chocolaterías de los Países Bajos están a la vanguardia en cuanto a sostenibilidad y comercio justo. Algunos incluso ofrecen tours que explican su compromiso con un chocolate más ético y sostenible.
Cada país tiene su propia historia con el chocolate, la cual se desvela a través de sus distintas formas de consumirlo.
Por eso, la ruta del chocolate en Europa es más que un viaje culinario; es una experiencia que te conecta con la historia, la cultura y la pasión de las naciones que han convertido el cacao en una forma de arte. Ya sea que busques la cremosidad del chocolate suizo, la exquisitez del belga, la elegancia del francés o la tradición del italiano, cada destino ofrece una experiencia única que deleitará tus sentidos y enriquecerá tu comprensión de este dulce universal.
Así que, la próxima vez que planees un viaje por Europa, considera seguir la ruta del chocolate. Será un viaje inolvidable que satisfará tu amor por el chocolate y te dejará con recuerdos sabrosos que perdurarán mucho después de que el último trozo se haya derretido en tu boca.
Detrás del chocolate más puro se esconde una gran historia que se inicia en los orígenes del cacao. Viajamos hasta África con parada en Madagascar, Camerún o Tanzania. Giramos el rumbo atravesando el Océano Atlántico hacia México, Ecuador, Honduras o Brasil y no dejamos de viajar porque nuestro cacao no conoce límites. En Cacaos de Leyenda seleccionamos cada semilla eligiendo cuidadosamente las regiones y plantaciones para disfrutar del cacao de más alta calidad. Dentro de cada semilla se encuentra la quintaesencia del cacao.
En nuestro catálogo incluimos distintas variedades de cacao que clasificamos en: criollo (apreciado por su sabor suave y delicado), forastero (robusto y versátil) y trinitario (una exquisita combinación de ambos, ofrece una experiencia sensorial equilibrada y refinada). Nuestra esencia de calidad suprema se percibe en cada gramo de cacao, hecho Cacao Sampaka.
Nuestros bombones frescos y elaborados con ingredientes naturales, sin conservantes guardan sofisticados rellenos en su interior, como el praliné, una mezcla de frutos secos triturados para obtener una textura fina y cremosa o el ganache, una deliciosa mezcla de chocolate con nata, leche o puré de frutas. Garantizamos su frescura y calidad al atemperarlos adecuadamente, asegurando una experiencia excepcional.
En Cacao Sampaka damos especial importancia a la calidad de las materias primas y cuidado en el proceso de elaboración para que la experiencia de consumo sea sublime. Y este es el motivo por el cual nuestras tabletas son tan finas, porque para poder degustar un buen chocolate es primordial que en el primer bocado se empiece a fundir rápidamente para que todos los sabores empiecen a inundar nuestro paladar.
Se debe a que este chocolate está hecho con cacao criollo “almendra blanca” que, a menudo, tiene semillas de color más claro en comparación con otras variedades de cacao. Esta singularidad influye en el color final del chocolate creando una apariencia similar al chocolate con leche.
En Cacao Sampaka, la quintaesencia del cacao impulsa nuestra búsqueda de excelencia. Este principio guía nuestro trabajo, desde la selección de los mejores granos hasta el tostado y la presentación final de nuestros productos. Con un proceso de elaboración único, un obrador propio y un equipo experto, nos esforzamos por destacar la autenticidad y el sabor en cada creación, asegurando una experiencia única en cada bocado.